sábado, 26 de septiembre de 2009

Blue Dress

Tenía doce años cuando por las tardes escuchaba esa canción que me hacia estremecer y ser consciente de cada segundo, cada latido, cada movimiento. Cerraba los ojos e imaginaba un baile de cortejo: suave, delicado, satín en los labios, oleo en los dedos, contracción en el abdomen. Hacia el amor con el viento, con la melodía, con esa voz y las atmosferas me envolvían. Sus manos en mis costillas, sus labios a penas rozando los míos, recorre mi cuello y mi nuca, muerde mi hombro, muerde mi mentón, con su lengua acaricia mi ombligo. Mi cuerpo se sacude delicadamente y mis labios besan el cielo

Un día alguien me amara y me enseñara lo que es el fuego, lo que es "ser solo uno"

Tenía doce años y sólo me bastaba con cerrar los ojos y danzar a solas "porque cuando lo comprendas, sabrás lo que hace girar al mundo"

Amo esta canción:


Put it on
And don't say a word
Put it on
The one that I prefer
Put it on
And stand before my eyes
Put it on
Please don't question why

Can you believe
Something so simple
Something so trivial
Makes me a happy man
Can't you understand
Say you believe
Just how easy
It is to please me

Because when you learn
You'll know what makes the world turn


viernes, 18 de septiembre de 2009

No para de llover


Tras ver las imágenes de la balacera que hubo en la estación Balderas del metro de esta ciudad que tanto quiero me quedo claro que ya no tengo estómago para esas cosas.



Así de repente me entere que la razón de las dos horas que hice para llegar a mi hogar fue porque un tipo disparo y mato a otros dos hombres en plena hora pico y creó pánico entre los usuarios.


No es para menos, tan solo ver el video me creó un vacío en mi abdomen. La gente huyendo y el forcejo entre el asesino y el civil me dejo fría. Tuve miedo, miedo porque prácticamente todos los días paso por esa estación de metro, miedo porque pude haber estado ahí, terror de que un día un fulano se le hace fácil disparar sin ton ni son. Ver como cae el joven policía (21 años) y luego la segunda víctima, hombre de 51 años y padre de cinco hijos, en un acto verdaderamente ¿heroico? por tratar de detener al criminal me pregunto ¿qué mueve a una persona a enfrentarse con arma de fuego de por medio? ¿Qué impulso le tocó la medula? ¿En qué pensaba el señor cuando se levantaba una y otra vez sin lograr detener al agresor? Ese andén los conozco bien, conozco sus salidas ¡hasta sé que publicidad hay en sus muros!



Los cuerpos tirados, ahí donde he pasado un sin fin de veces, ahí donde he pisado, donde he esperado el tren. Los objetos personales del señor regados a los largo de pasillo, unos cuantos tratando de hacer algo intentando enfrentarse con el asesino pero ahuyentados como niños. Luego nada, sólo él y su pistola.



Quede pasmada, me dio tristeza, me dio escalofríos, no tengo palabras. No, ya no tengo entrañas para ver sangre. Reflexiono. Ya no tengo cabeza para leer los diarios y ver que ejecutan a jóvenes en Tijuana, que los soldados de este país asesinan civiles que su único error fue atravesarse en su camino. Que la justicia de este país es de burla y vergüenza, que Justina, la indígena Otomí, paso tres años de su vida en la cárcel acusada de “secuestrar” a seis agentes de la AFI (¡No mamen, pues que nos diga como lo hizo que ya quisieran muchos aprender esas técnicas dignas de oficiales Israelíes!) No es que quiera cerrar los ojos y fingir que no pasa nada, pero no le encuentro sentido enterarme de casos que se repiten una y otra vez, de injusticias que nunca se acaban. De que los necesitados están más jodidos que nunca y de que los culpables siguen libres. Esa historia ya me la sé, no deseo volverla a leer y aun cuando lo que paso hoy es otro cantar no deja de ser doloroso. A veces este país me lastima mucho.






jueves, 17 de septiembre de 2009

Pues no quiero

De la fortuna al infortunio

Me molesto porque se me da la gana, porque puedo hacerlo, porque no quiero acostumbrarme, no me apetece alinearme. Si tuviera un por qué o un para qué tendría peso y razón, lo meditaría un momento, pero como eres papalote engreído no tengo porque hacerlo.

Me molesto porque quiero ¿y?

sábado, 12 de septiembre de 2009

-_-

Fácil de impresionar,
fácil de bajar de la nube.
Cae de forma pesada,
Sin meter las manos.

Tengo miedo, la consola de miles de canales me dejo pasmada
Nada parece tener sentido
Nada parece tener un buen final

Mis ojos no se cierran
Y cuando lo hacen aparecen seres que han muerto ansiosos de entrar a mi casa para comerse el brazo de mi madre

Un día que parece que nada tiene sentido
Con una noche, una noche, una noche, una noche

jueves, 10 de septiembre de 2009

Chano

Hoy por la tarde falleció uno de mis tíos, mi tío abuelo, hermano de mi abuela Gordiana, madre de mi madre.

Este mes cumpliría setenta y nueve años de edad. No sabía que éramos del mismo mes.

Lo más presente que tengo de él son sus enormes ojos negros, sus bellos pómulos y las lágrimas que recorrían su rostro la tarde en que lo visite junto con mi madre, un día después de que fuera enterrada mi abuela Gordiana. Mi tío no pudo asistir al funeral porque su salud no era la más óptima, a penas si podía caminar. Trato de hacerlo, quiso acompañar la marcha fúnebre pero la fuerza le fallaba y no hubo nadie que pudiera llevarlo hasta el panteón. Se quedo a la mitad del camino y esa imagen de él sosteniéndose con los muros me quiebra el alma. Iba con su sombrero y una camisa blanca.

Esa tarde sentado en el patio de su casa vi como sollozaba como un niño pequeño por su hermana recién fallecida. Cuando sus ojos se llenaron de lágrimas tuve que contenerme para no llorar con él. Fue una escena profundamente triste. Él enfermo sin poder andar, con su dolor, sus manos arrugadas, sus pies a través de los huaraches que él y sus hijos hacían. Se tranquilizo un poco pero cuando mamá le conto cómo fue que murió la abuela volvió a soltarse en llanto. Y yo tuve que volver a tragar saliva. Recuerdo que cuando me despedí bese su mejilla y me dije a mi misma que algún día tenía que escribir sobre ese momento.

Se había recuperado de una embolia cuando por un accidente resbalo en su casa cayo, se fracturo y no pudo volver andar. Los últimos meses de su vida se la paso en cama.

Mamá esta triste, todos los hermanos de la Abuela han fallecido, los hermanos Ruíz Fabián se han trasformado.

Que tengas un buen viaje, tío Chano.