sábado, 28 de febrero de 2009

Esta espiral

¿A caso no te gustaría tener mi boca una vez más?

¿A caso no te gustaría verme hincada en tu cocina lamiendo tu entrepierna mientras lavas los platos de la cena?

¿A caso has olvidado mis movimientos?

¿Te has olvidado de mi lengua y de las maravillas que hace?

¿No te gustaría ver caricaturas y reírnos de simplezas?

¿No te gustaría escuchar conmigo a Zappa y a Debussy?

¿No te gustaría caerte de la cama otra vez?

¿No te gustaría verme y sentirme escurrir?

¿Te has olvidado de las noches de películas?

¿De las mañanas con el gato?

¿Quieres prepararme el café?

¿Te gustaría que yo preparara el desayuno?

¿Hacer los preparativos para una larga noche?
¿Aun te hago palpitar?

¿No extrañas platicar conmigo?

¿Cuánto tiempo pasara?
¿Y si te digo que sigo en duelo?

¿Nos olvidaremos?

¿Cumplimos una misión?
¿Me tengo que resignar?
¿Quieres que te batee cortésmente?

¿Y si te digo que puedo caer otra vez?

Ven, te quiero saborear

viernes, 27 de febrero de 2009

Voy por el caminito, haciendo lo mio

Ok, lo sé, no he escrito en mucho tiempo.

He salido de la cuidad, el viernes fui a Querétaro, he tenido mucho trabajo y estoy atareada armando un performance, además de que mi salud va en franca decadencia

Primero porque mi estado anímico no era el más optimo. Mis hormonas cada mes se ponen más difíciles y nada graciosas para con mi vientre que en un descuido me hace parecer con un embarazo de tres meses. ¡Una lata! Mi hambre se vuelve incontrolable parezco troglodita de grandes ligas, me inflamo y todo parece película de terror de larga duración (ocho días para ser exacta). Llegue a considerar la opción de buscar pastillas para evitar el hambre o conseguir anfetaminas. Tal fue mi desesperación que me di a la tarea de checar mi agenda de viejas malas compañías para ver si de pura casualidad alguien de ellos seguía en el negocio de las pills verdes. Para mi suerte todos han cambiado de oficio. Una vez que llegara el vampiro pensé que los malestares desaparecerían pero no fue así, realmente algo no está bien en mi cuerpo L Así que llevare a cabo algo que jamás en vida he hecho: una dieta. Pero esta es para desinflamar el estomago. Dura dos semanas y bueno, básicamente consiste en nada de grasas, condimentos o cualquier cosa procesada, todo tiene que ser fresco y con alto contenido en fibra, debo de comer cinco veces al día…no esta tan mal.

Por otro lado estoy tomando un mini taller de comunicación asertiva, el cual me está funcionando muy bien y me ha abierto las puertas a dimensiones que jamás imagine traspasar. Se trata de un ejercicio de vida, me di cuenta que este blog que llevo escribiendo desde hace dos años me ha hecho un gran paro, no sé que hubiera sido mi vida sin la bendita escritura.

También en las últimas semanas he comprado muchas pelis de cine mexicano, no de ese que insisten en llamar “el nuevo cine mexicano”, sino títulos como “Animas Trujano”, “El hombre de papel”, “Dracula”, “Más negro que la noche”, “La malquerida” Pronto escribiré mi relación con el cine “de la época de oro” y de cómo es que conocí a muchísimos actores gracias a mi gusto por hacer doble comida… Ah! Y hablando de Dracula vi a Germán Robles en su carro, cuando yo iba cruzando Monterrey ahí estaba él, lo reconocí inmediatamente, no puede evitar señalarlo y decirle a mi acompañante ¡¡Mira, Germán Robles “Dracula”!!– Como lo dije en voz alta y un tanto emocionada el señor se dio cuenta, nos miro y nosotras le sonreímos y dijimos hola con la mano, el nos correspondió con una sonrisa e inclino la cabeza :P

¡Me voy el próximo mes a la cumbre Tajín y trabajare con los Voladores de Papantla! Eso es genial.

Delicado ya tiene nuevo juguete gracias a una tía que vino de Los Ángeles, estará unos días en casa de mi madre. Me la trajo y así nos ahorramos una buena lana


Entro un personaje en escena que de verdad me sorprendió su declaración de amor, me cayó de sorpresa y a pesar que me dejo claro que sólo quería expresar su sentir conmigo no deja de inquietarme su mirada. Me dijo que lo ponía como adolescente –“Me pongo como escuincle, bien pendejo”- GLUP!!

También hay otro personaje que me incomoda, hacía tiempo que no sentía esto, es decir, difícilmente una persona me puede caer mal pero este ser de verdad que me molesta y debo de admitir que me desagrada. Lo triste de todo es que aunque he tratado de canalizar esa energía de forma positiva parece que cada día va empeorando. Ashhh!


En fin, tengo trabajo y eso me hace feliz. Las puertas se abren para más arte:
Ahora una canción maravillosa para la carretera, a pesar de que Billy Idol me parecía una copia chafa de Sid Vicius, una burla al punk y ese apodo de "el chico malo de rock" era de lo peor, a la distancia me saca una sonrisa.



miércoles, 18 de febrero de 2009

Sr. Cortisona

Me enamore de un tipo raro. La primera vez que lo vi fue en la escuela por la tarde. Yo estaba afuera de ese CCH, recargada en sus barras amarillas. Me llamo la atención porque era alto y vestía de negro. Era excéntrico, sus gafas y sus amigos eran diferentes. Yo también era diferente en esos años, quizá más audaz para las nuevas amistades. Nunca fuimos amigos, una sola vez intercambiamos palabras en una cantina. Me parecía de lo más exótico. Él termino la prepa y se fue, y yo me olvide de él.


Pero para reencontrarnos tuvieron que pasar cinco años. Los pocos encuentros que tuvimos en ese lapso no fueron muy amigables, en parte porque mi novio de ese entonces era un bruto machista y yo una tonta dejada. Incluso era muy payaso e inexpresivo conmigo. Solo hablábamos lo estrictamente necesario.


Las cosas cambiaron, nuestras vidas dieron un giro de 180º y una noche platicamos hasta el amanecer. Empezamos a coquetarnos y aunque al principio me resistí caí más pronto que un cojo. Nuestro primer beso fue muy efusivo, ardiente y salvaje. Después de esos besos me acosté en su regazo y él comenzó a acariciar mi cabello, de pronto de sus labios salieron palabras que nunca creí escuchar –Pero que bonita eres, eres muy bonita-me dijo. Yo tenía los ojos cerrados y solo sentía sus dedos recorrer mi rostro. Me sentí tan bien a su lado y tan protegida que me dormí o mejor dicho nos quedamos dormidos tirados en suelo.


Después me llamo por teléfono, me invito a salir y yo acepte gustosa. Nos vimos para echarnos unos tragos, digamos que ese día, por primera vez conocí su interior, me permitió ver sus ojos y descubrir la primera entrada a su alma y me fascino encontrar un hombre sensible, tierno, amoroso y con un exquisito sentido de humor tan negro. Me hacia reír con tanta facilidad que era difícil no entusiasmarse con su compañía. Salimos tres veces más y sin mucho rodeo nos enganchamos, nos protegimos, nos procuramos.


Todo esto sucedió un mes de agosto, para septiembre los mails que nos mandábamos eran de apoyo y confianza. El cuatro de octubre en un conocido antro del centro histórico, me tomo de la mano y con una rola de los Ramones como fondo musical me pidió que fuera su novia.


Ahora tenía a un bello gatito flaquito, con tatuajes de animación, rastitas y gafas de aviador. Con vocabulario de trailero y manos de salón. Epidermis blanca y suave, pies que envidio y labios de corazón. Era feliz.


Había tanta incertidumbre en aquellos días: un corazón roto y decepcionado, una amistad fragmentada y adolorida. Una desconfianza hacia el amor, hacia mí, hacia todo que sus ojos fueron como salvavidas y mi puente para volver a creer en el amor. Su calor fue alimento para mi espíritu quebrantado.


Después de todo este tiempo y de tantos trancazos seguimos juntos. No sé si me ha perdonado del todo, yo estoy en ese proceso y aunque a veces me cuesta mucho trabajo olvidar y soltar cada día trato de hacerlo.


Muchas cosas se han perdido pero creo que lo esencial sigue vivo. A veces extraño al Chava de esos primeros días, el amoroso, lo extraño horrores ¿Regresara?


Aun así me siento dichosa de tenerlo a mi lado, que sea mi compañero y cómplice en este camino, me alegro poder compartir sonrisas, sueños, deseos, miedos, metas, gustos y disgustos


Gracias por todos estos años, Chava Zavala; gracias por aceptarme tal y como soy...



miércoles, 11 de febrero de 2009

A dos años

Bueno, ¿qué te puedo decir?



Sigo haciendo lo que me gusta y sigo aprendiendo día con día, siento decirte que aun tengo “ese” asunto pendiente. Si estuvieras aquí quizá todo se agilizaría pero es sólo pretexto. Las vida va, hiciste una familia fuerte aunque creo que nadie saco tu temple ni tu disciplina.



Ahora uso más vestidos y faldas como a ti te gustaba. Estoy trabajando y escribo mucho como a manera de ejercicio, creo que no lo hago tan mal (espero)



La niña chiquita es guerrera y se prepara día con día, el mayor –como bien sabes- sigue siendo un relajo pero se esfuerza y es un buen padre. ¿sabías que tu nieto te hizo una canción? Lo trae en la sangre, poco después que te fuiste su mama le explico que había pasado contigo y entendió que tu cuerpo se había transformado, por eso te hizo una canción es su piano de juguete. Se parece mucho a ti. Mama es fuerte pero te extraña hasta decir basta, habla como si aun estuvieras físicamente aquí. No ha movido nada de tu closet, toda tu ropa sigue en su lugar, nada ha cambiado, perfectamente planchado y doblado. “O” se ha hecho muy responsable y lleva las riendas de lo que tu dejaste pendiente. Sé que estás orgulloso de él, lo ha hecho de maravilla, es arriesgado y audaz.



¿Me creerías si te digo que si antes le ponía cara de fuchi a los trajes y corbatas, ahora me llaman mucho la atención? Pues sí, ahora me fijo en los hombres con traje pero no porque me gusten sino porque observo sus zapatos y si estos combinan con su cinturón, tal y como tú lo hacías. Cuadno veo un hombre mayor con traje irremediablemente lo volteo a ver. Qué cosas ¿no?
Sigo con el greñudo, tuvimos momentos de gran tensión y dolor que ahora han quedado en el pasado. Nunca platique de mis sentimientos contigo, solo puedo decirte que lo quiero y él a mí.
Entre a un temazcal y me acorde mucho de ti, sobre todo de esa canción que tarareabas cuando era una niña y bailábamos. ¿Lo recuerdas? Me enseñaste a bailar los fandangos de tu pueblo y no he olvidado los pasos. Con el calor a tope y mis sentidos comencé a cantar y llore mucho porque te extraño



No te preocupes, como dice la canción esa “Aquí no hay novedad”, pero no es porque todo siga igual, sino porque las cosas marchan bien y no hay nada de que preocuparse.



No sé que más contarte…creo que voy a llorar, lo siento mucho…

Mira, eras un muchachon de 25 primaveras :)

domingo, 8 de febrero de 2009

Arrastrame por el suelo soy tu muñeco, soy lo que tu quieres ser

Hay lecciones en la vida que te cambian TODA la vida. Algo ocurrió en 1996, no sé si fueron las estrellas, el cambio de horario, mi alegría, el mar, la escuela, la T.V o qué sé yo, que por azares del destino me encontré con la danza. En casa nadie baila. Mi madre evita mover “el bote”, Papa lo hacía sólo en ocasiones muy especiales y mis hermanos…esos ni hablar. Así que no sé qué mágica hada me acerco a la danza, específicamente a la danza contemporánea, pero fue un flechazo o mejor dicho un arponazo al corazón, se anclo, se incrusto, se poso cómodamente.


Fue una tarde de domingo que viendo canal 22 me tope con una mujer que hacia cosas hermosas con su cuerpo. Era ella sola y una mesa, no había más, ella y su vestido. Trasmitía ansiedad, delirio y sin embargo sus movimientos eran fuertes, sus manos y sus pies eran poderosos. No sabía del lenguaje que ella usaba pero me pareció asombroso. Un lenguaje desconocido y como si se tratara de un hechizo su nombre y sus movimientos se quedaron tatuados en mi cuerpo. No podía creer lo que veía, algo tan minimalista y tan complejo al mismo tiempo Algo despertó en mí que cuando me di cuenta ya estaba sobre una duela en mi primera clase de danza contemporánea, aunque mi único conocimiento al respecto era esa mujer de cabellos rojos, su nombre: Sylvie Guillem.


Entre al Taller libre de la Compañía de Danza “Tiempo de Bailar” que dirigía Vicente Silva Sanjinés, en la UNAM. El tiempo ahí se puede sintetizar en una palabra: RENACER.


Todo fue un festín de colores. Todo era nuevo, hasta respirar se convirtió en un suceso. Y no solo aprendí lo que mi cuerpo era capaz de expresar, descrubri las mil caras de la pasión, del dolor, del coraje, de la alegria, de la locura, la angustia, la perdida, la muerte, la vida, del espacio, las mil formas de amar, de tocar, de conducirme y trasportarme. Otras de las cosas maravillosas fue encontrar nueva música. Hasta ese entonces no conocía a Dead Can Dance ni a Love is Colder thant death, la música electrónica era un territorio poco explorado y la música experimental contemporánea ni idea de que existiera. Fueron tres años de autentica búsqueda de las infinitas y vastas capacidades de mi cuerpo y el de los demás. Nunca había tenido tanto contacto conmigo misma y nunca había estado tan en paz ni tan a gusto.


Recuerdo esos años con tanta añoranza que a veces me pregunto si no habré cometido un grave error por haber dejado ese lado de mi vida. Pues la abandone y hasta ahora no he regresado a pesar de que convivo con muchos bailarines. A veces pienso que no es tan tarde, no para bailar de forma profesional pero si por gusto y placer.La razón por la cual entre al taller de la UNAM fue por este trabajo titulado “México City” de Vicente Silva. Al estar sentada en ese auditorio me conmovió tanto y mi cuerpo no paraba de brincar que supe que por esos momentos la vida tiene chispa fue una revolución en mi vida...crucial.



Sylvie Guillem – Wet Woman




Vicente Silva / México City