miércoles, 24 de diciembre de 2008

Traumas y azotes


Para nadie es un secreto mi gusto por la caricatura "Candy Candy" La conocí porque una de mis primas era fan. La empece a ver por ella y de inmediato también me volví fan, pero más de Terry


Yo quiero a un Terry ¿Y qué mujer no? Lindo, rebelde, artista, sensible, no pide permiso, apasionado y se sabe vestir…. “un maldito malcriado” diria Candy.



Pero nadie quiere ser Candy. Deja ir al hombre que ama, se queda sola y seguramente de monja en el Hogar de Pony ¡Qué ñoña!



Disfrutaba mucho esa serie animada, pero siempre odie que Candy dejara ir al guapísimo de Terry y llorara desconsolada en el muelle. Qué dark y triste era.



Y los vestidos largos con holanes y encajes. Las capas de Terry ¡uff!



Lo que nunca entendi fue por qué Candy jamás se cambio de peinado y por qué sus pechos no crecieron, seguía pareciendo una niña.


Lo más bonito eran sus vestidos , sus zapatillas y su maletita que llevaba para todos lados.



Pero bueno, definitivamente me quedo con Terry. El unico, auténtico e irrepetible. El que se robo mi corazón de niña con esa voz, con ese acento, cuando tocaba la armónica y me hizo sentir cosas raras en mi cuerpecito.



Terry Greum Grandchester








La escena en que Candy se afresa y le da en la madre a todo ¡Babosa!







La consecuencia: Terry se va y ella llora cual Magdalena "¿Tu crees que quedarme sola me hará feliz?" ¡Mensa! ¡En eso hubieras pensado antes!





Será una caricatura pero traumo a más de una. Yo incluida