sábado, 13 de noviembre de 2010

Regrese al Taekwondo, me siento bien, me da placer sentir mi cuerpo adolorido, mis piernas duras y que me cueste trabajo caminar.

Así que decidi usar tacones muy altos para este viernes. La noche me tenía preparada una fiesta. Cuando iba caminando por la calle de genova un extranjero –oriental para ser exacta- me abordo, muy cortes me invito a tomar un café pero lo batee enseguida. Acabo de ver Biutiful de Iñarritu y me quede con la onda de la explotación, esclavos en plena ciudad de Cataluña y chinos sometiendo a su propia gente. El acento y sus ojos rasgados me hicieron pensar que se trataba de un tratante de blancas, ¡jajajaja! ¿Y si no? ¿Y si , si? Más vale. Continue mi camino por zona rosa y a una cuadra del bar donde se llevo a cabo el festejo otro tipo me alcanzo para decirme que se le había hecho una mujer muy interesante y que había despertado en él un gran deseo de conocerme. Me pregunto mi nombre y me invito a tomar “algo” pero ya estaba a unos pasos del bar y afuera de él se encontraban mis amigos, Diamantina /colágeno se percato de mi enamorado y corrió a mi ayuda. El Casanova lo vio venir, así que emprendió la tan gustada huida diplomática. Cuando colágeno se deja la barba se ve más temerario y galán, capaz de ahuyentar a mis conquistas.

Fue la mini y los tacones altos. Muchas mujeres no saben del poder de estas dos armas en conjunto. No está mal dos ligues en menos de 5 cuadras ¿no? Sobre todo para alguien que en este momento tiene tatuada la frente con la leyenda “déjenme sola” tiene roto el corazón y sin ánimos de conocer hombres.