sábado, 17 de octubre de 2009

Sangre


¡La sangre, la sangre, la sangre! Así decía mi amiga chilena. Jamás me había dado tanto gusto ver ¡la sangre! -Amiga, no volvamos a pelear, no me vuelvas a jugar una broma tan pesada como esta.

Mamá, ¿por qué no guardas tus comentarios tan atinados e inteligentes para otro día? Hoy no tengo ánimos de reír como idiota

Estúpido gato, ¿no pudiste escoger mejor momento para orinar dentro de mi casa?

Cortisona: Ambos sabemos de los efectos y causas del miedo ¿para qué nos hacemos weyes? Los hijos que nunca tendré jugaran con los niños que tú nunca tendrás.

Las hormigas devoran el pan que me disponía a merendar, aman las harinas refinadas incluso más que yo. Hay que ver el lado bueno, me iré a la cama sin culpa.