miércoles, 20 de enero de 2010

Gorda, bastarda y patética

Tengo que ir a dormir. No lo hago porque te vigilo, all fucking day! Hay un dolor en mi bajo vientre, no iré al doctor (sabotaje)

¿Cómo es posible que no sepas escribir? Te odio y te envidio, odio tus cuentos, las palabras vacías, tus llamadas estúpidas e inoportunas, el que quieras marcar territorio y tu título profesional. Pero no envidio ni tu operación, ni las tetas caídas, mucho menos tus patas flacas, los muslos con celulitis y tríceps flácidos. Tus rebotes de peso me ponen contenta. No envidio tu imperiosa necesidad de estar con alguien y que tu felicidad dependa de una “media naranja”, tampoco envido tus arranques de tristeza, pero lo que me hace verdaderamente feliz es que no importa cuánto hayas estudiado ¡no sabes redactar y no conoces la palabra sintaxis!

Pero ¿por qué escribo de todo esto? Porque debo y tengo que sacarlo de mi sistema y de mi sangre.