Algún día te daré otro conejito para que Venustiano tenga compañía y no se sienta tan solito. Este conejito será negrito, tan pequeño que cabra en tus bolsillos.
Conseguiremos una máquina de granita, plateada como a ti te gusta.
También una tornamesa para perdernos con los ochenta.
Y con un poco de suerte adoptaremos un capibara para que te haga compañía cuando yo no este.
Así tendremos de familia a los gatos, al conejo Venustiano, al conejito de tus bolsillos y al capibara de tus sueños.
Mañana será un buen día. Te daré besos de esquimal, besos de maniquí, besos tronados, besos de reloj, besos de naranja, besos rojos y besos de cristal, no importa que tengamos que improvisar.