Sus pómulos estaban cortados y la sangre escurría como si fueran lágrimas llenas de hierro. Sus ojos eran acuosos y llenos de furia. Traía en la mano un palo, quizá de 1.80mts.
Lo tenía a escasos dos metros de mi, pero ni en cuenta de que yo estaba ahí. Dejo caer el palo y enseguida salieron tras de él una mujer y otro chico como de su misma edad...no más de 18 años.
¿Quién le corto el rostro? ¿Por qué de esa forma?
La mujer lo tomo del brazo, lo detuvo
-¡¡lo vamos a topar, lo vamos a topar, cálmate chingada madre!!
Pero la mirada del casi niño-casi joven estaba perdida buscando a su atacante que seguramente estaba ya muy lejos.
Pants azul con manchas escarlatas y sus lagrimas de hemoglobina